Aranjuez
Cuando el primer tren llegó a Aranjuez desde el embarcadero de Atocha, no estaba todavía claro cómo iban a ser las estaciones de ferrocarril. Con el tiempo, fueron ganando en funcionalidad y presencia, como en el caso de Aranjuez.
La actual estación inaugurada en 1927, es otra muestra más de la influencia del neomudéjar en lo ferroviario. Otros ejemplos son la estación de Algodor en el mismo municipio o la de Toledo, ambas a cargo de Narciso Clavería. El exterior ofrece un cuerpo central, con tres vanos y coronado por un reloj. En el interior un cuidado artesonado, complementado con lámparas y mosaicos. Sobre los andenes tres marquesinas metálicas con estructura roblonada, y en el nivel inferior un pasillo de conexión decorado por azulejos del ceramista Mario Maragliano.
En el entorno, cabe destacar que la estación ocupa parte del conjunto del Raso de la Estrella, ligado al Palacio Real de Aranjuez. Podemos encontrar diversos edificios ferroviarios e industrias asociadas. Sin embargo un elemento destacable y que se repite en multitud de recintos ferroviarios, que son los cerramientos o vallas de piedra careada con forma de hexágono, ¿un homenaje al sobrenombre del país vecino?