La Estación de Tirso de Molina, denominada originalmente como Progreso, fue inaugurada el 26 de diciembre de 1921 como parte de la línea Sol-Atocha, construida por la Compañía Metropolitano Alfonso XIII como prolongación de la primera línea del ferrocarril metropolitano de Madrid, Cuatro Caminos-Sol, inaugurada en 1919.

El vestíbulo principal de la Estación conservó en gran parte la decoración original que diseñó Antonio Palacios y tras un proceso de restauración el vestíbulo luce con el mismo estílo artístico con que fueron diseñadas las primeras estaciones del metro de Madrid.

Destaca el escudo de Madrid, realizado en cerámica de tonos bronces y que está colocado en el centro de un mosaico realizado con fragmentos de cerámicas sevillanas azules y bronces, siguiendo una técnica similar al trencadís de Gaudí. El resto del vestíbulo está decorado empleando piezas de cerámica blancas con fajas de azulejos azules con diferentes motivos.