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Almería
El edificio de la antigua estación de Almería fue construido entre los años 1893 y 1895. La Compañía de los Caminos de Hierro del Sur de España encargó la construcción de la línea de Linares a Almería a la empresa Fives-Lille. El proyecto del edificio principal lo realizó el arquitecto francés Laurent Farge.
El edificio adopta la tipología de estación intermedia o "de paso", por tratarse de un espacio de planta rectangular y alargada, y dispuesto de forma paralela al eje de las vías. Para el caso concreto de Almería, este hecho podía parecer contradictorio por su condición de estación término del trayecto. Aunque se debe tener en cuenta que es estación término solamente para el transporte de viajeros, pero no ocurre lo mismo con las mercancías, básicamente mineral. Por este motivo se continuó la infraestructura viaria hasta el cargadero de mineral, conocido como cable inglés, que se localiza en las inmediaciones del puerto.
También se pueden relacionar estas peculiaridades con la propia forma del edificio. Aunque se haya adoptado la tipología de estación intermedia, los elementos fundamentales que conforman su fachada se han dispuesto de tal manera que el resultado imita el frontal de una estación término. Se observa esa intención sobre todo en el cuerpo central, formado por una estructura triangular de hierro y cristal, y cuya altura sobrepasa la doble planta de los cuerpos laterales. No sólo afecta a las formas, sino que también lo hace en el tipo de materiales empleados, se advierte ese propósito, al hacer uso del ladrillo, la piedra y la cerámica en los pabellones laterales, y del hierro y el cristal en la conformación del cuerpo central.
Su lenguaje ecléctico emplea el ladrillo, de claras reminiscencias hispano-árabes, en alternancia con la piedra en sus elementos más clásicos. El conjunto logra una composición muy estable y equilibrada entre lo tradicional y lo innovador, entre el pasado y el futuro. El recurso arquitectónico que supone la integración de la estructura metálica central, con sus dos grandes pilastras dentro de la misma fachada, junto a los pabellones laterales, en los que se ha utilizado fábrica de ladrillo y piedra, supone una importante evolución en el proceso evolutivo de integración de la nueva arquitectura de hierro con la tradicional. Pocos edificios ferroviarios habían logrado ese paso de forma tan clara y armónica como lo hace la antigua estación de Almería. Había predominado anteriormente casi siempre el modelo de yuxtaposición de los dos tipos de arquitecturas. El edificio se expresa de forma libre y sin complejos a la hora de exhibir los nuevos materiales en sus fachadas como parte fundamental de su estética y ornamento.
La distribución del espacio interior coincide con los modelos más usuales de este tipo de estaciones, es decir, en la planta baja se ubican los espacios destinados a los viajeros y servicios ferroviarios (salas de espera, recogida de equipajes, taquillas, vestíbulo, despacho del jefe de estación, etc.); y en las plantas superiores de las dos alas se localizaban las oficinas y las viviendas del personal ferroviario.
Actualmente está en trámite un expediente administrativo para la declaración del edificio como Bien de Interés Cultural (BIC), en la denominación de monumento, que fue iniciado en el año 1985 por la Junta de Andalucía, y posteriormente retomado en el año 2005 por el Ministerio de Cultura, sin que hasta el momento se haya resuelto dicha declaración.