El edificio actualmente acoge la sede de la Policía de la Generalitat Valenciana, pero en origen formaba parte de la estación Pont de Fusta (en referencia a un puente de madera cercano), siendo cabecera de líneas de vía estrecha (“el trenet”) hacia Rafelbunyol y Llíria, desmanteladas en 1994. Desde entonces ocupa parte del espacio de las vías de la antigua estación, una parada homónima de Metro Valencia, dentro de la reconversión de las líneas de ancho métrico llevada a cabo en los años 90 del siglo XX.

La terminal de viajeros, obra del arquitecto Joaquín María Belda se inaugura en 1892. Es un edificio adscrito a un consecuente y elegante estilo académico, que sobre todo busca la representatividad en su entorno urbano, sin olvidarse la funcionalidad de una estación de cercanías, que mezclaba en un bullicioso ambiente mercancías y viajeros.

Consta de un cuerpo central, que atraviesa perpendicularmente el edificio, y que curiosamente, tanto en su fachada hacia el río como en la ferroviaria, presenta una alineación avanzada. En el proyecto original en los laterales aparecen dos arcos, que en el caso del situado al este ha desaparecido, y en su contrario, se ha integrado en un edificio añadido posteriormente.