Valencia Nord fue la primera estación considerada monumento en nuestro país (1983). Obra de arquitecto Demetrio Ribes e inaugurada en 1917 es un símbolo de la arquitectura de la segunda época de la Compañía del Norte, junto con otros edificios relevantes como los administrativos en Madrid Príncipe Pío o la reconvertida estación de Barcelona-Norte (1912).

Adscrito al Modernismo, pero en su variante vienesa, en la que destaca la figura del arquitecto Otto Wagner, en cuya obra encontramos improntas ferroviarias. Este estilo se caracteriza por las influencias vegetales, con un esmerado trabajo de integración con otras artes, y que tendrá en Valencia Nord el escenario perfecto. El edificio principal tanto en su exterior como interior, presenta un despliegue de delicadeza y voluntad de acoger al viajero, especialmente en el vestíbulo, que incluye una preciosista taquilla, con bancos, espejos, mármoles, luminarias y azulejos que dotan de luminosidad en consonancia con la exuberancia de la huerta valenciana. Particularmente presentes los motivos vegetales en la azulejería y detalles de las luminarias.

La marquesina que cubre las vías, es obra del ingeniero Enrique Grasset y Echevarría, supera en altura a los pabellones laterales, para permitir la ventilación de la nave. Igualmente destacar la cafetería, que en la línea del conjunto, resulta un delicado despliegue de diferentes artes aplicadas.

Ya en el exterior, se aprecia una combinación de los patrones de la Compañía del Norte, por su cuerpo central adelantado al igual que los torreones de los extremos, pero con las mencionadas influencias modernistas, no solo en la decoración cerámica, sino también por la configuración vertical de las ventanas o en las cresterías de la cornisa.

En Valencia se pueden visitar importantes ejemplos de arquitectura ferroviaria, como la Estación Pont de Fusta o la considerada más antigua de España, la del Grao de Valencia (1852)