La Molina
Se trata de la estación en servicio a más altitud de la península ibérica a 1420 metros y homónima de una conocida estación invernal. Por tanto, este conjunto pone de manifiesto la relación entre deportes de invierno y la accesibilidad que otorga el ferrocarril en zonas de montaña, y por otra la necesaria adaptación de sus instalaciones a las condiciones del entorno.
La estación responde a los patrones de arquitectura de alta montaña, con inclinadas cubiertas de pizarra en este caso cruzadas, que diversifican el deslizamiento de la nieve. Destacan en este sentido los aleros que recorren el edificio, así como los espacios exteriores e interiores que permiten dar cobijo a los viajeros.
En conjunto, las estaciones de la línea Ripoll-Puigcerdá, permiten establecer las diferencias entre estaciones precedentes en cotas más bajas. Aún siendo las estaciones diseños más o menos esquematizados son capaces de adaptarse a las circunstancias del lugar, ya sea por formas como por el uso de materiales. A destacar la estación de Puigcerdá.