Viene siendo habitual cierta independencia entre el edificio de viajeros y la correspondiente marquesina, rara vez ambos elementos se conciben como un único volumen, si bien el tiempo y la costumbre, ha hecho que se entiendan como dos elementos intrínsecamente asociados

En el caso de la terminal ilerdense, se encuentra por una parte la brillante marquesina, con los soportes en color “azul GIF” (Gestor de Infraestructuras Ferroviarias) construida con la llegada de la Alta Velocidad en 2003, caracterizada por un marcado perfil ondulante en conexión directa con la sensación de velocidad o movimiento, ya lejos de las funcionales marquesinas metálicas de estaciones históricas. En todo caso y como guiño al monumental edificio, la cresta de la ola abraza la altura del edificio de viajeros.

La presencia de la fachada principal recuerda más a un palacio victoriano, que, a una estación ferroviaria, de no ser por la presencia de la visera y del reloj en el cuerpo central, enmarcado por dos torreones coronados por cúpulas acebolladas. En los extremos del edificio dos torres adelantadas, remarcan la barroca puesta en escena.

Un buen lugar para observar el conjunto de la estación es el Carrer de Urgel, sobre la boca del túnel ferroviario lado Zaragoza, o bien si se dispone de tiempo, puede ser un buen plan visitar la estación de Plá de Vilanoveta, actualmente dedicada a mercancías, donde tiene su sede la Associació para la Reconstrució de Material Ferroviario (ARMF).