En Delicias se encuentra el gran edificio ferroviario del siglo XXI en España. Obra del estudio de Carlos Ferrater, condensa en su conjunto muchos de los retos de las nuevas estaciones: intermodalidad, multiplicidad de usos, facilidad de uso e imagen.

Comenzando por el exterior, se aprecia un gran prisma escalonado, que transmite movimiento y que corresponde con un gran vacío en su interior, en conexión u homenaje con las grandes marquesinas históricas. Sobre los andenes, se encuentra la cubierta, el elemento más llamativo de la estación, con una doble estructura triangulada que tamiza el paso de la luz, generando sensación de movimiento y ligereza, sustentada a su vez por grandes arcos, visibles desde el exterior.

La estación no solo acoge la actividad ferroviaria de la capital aragonesa, sino que incluye estación de autobuses, centro comercial, oficinas, hotel, etc. El uso de materiales que otorgan luminosidad como el hormigón blanco o el alabastro en los testeros, representa una constante en el diseño de estaciones, facilitando la compresión espacial del conjunto.

En el exterior se encuentra un pequeño edificio que acoge el Centro de Regulación y Control de la línea de Alta Velocidad Madrid-Barcelona, que en origen fue la primera estación Zaragoza-Delicias (1932) construida para el ferrocarril de Caminreal-Zaragoza, obra del arquitecto Luis Gutiérrez Soto.

Inaugurada en 2007 al hilo de la Exposición Universal de 2008, de la que aún hoy se pueden visitar varios edificios y pabellones nacionales.