La estación de la villa de las burgas, constituye uno de los corazones ferroviarios del Noroeste, y llamada a ser la puerta de Galicia desde la Meseta gracias a la llegada de la Alta Velocidad, que traerá aparejada una gran reforma a cargo del arquitecto Norman Foster, que complementará el actual edificio de viajeros, dando el salto hacia el norte del trazado.

El edificio de viajeros destaca por el uso del granito. En su fachada principal, presenta una composición simétrica, con un cuerpo central de tres alturas, perforado por una gran vano acristalado y flanqueado por pabellones laterales, rematados en un torreón de la misma altura. En cuanto a la fachada ferroviaria, resultan de interés las marquesinas en hormigón en los andenes, sustentadas por una estructura en V, que en el andén principal prescinde de varios apoyos para facilitar la circulación de pasajeros.

En el entorno, como sucede en otras estaciones de la comunidad gallega, el edificio de Correos forma parte del conjunto, junto con otros edificios administrativos o de residencia de trabajadores, que se sitúan a lo largo de la Avenida de Marín. A destacar el conjunto del depósito y talleres, situados al este de la estación sobre la línea de Monforte de Lemos.